martes, 16 de octubre de 2007

Jaguar o Pantera Ocna


Jaguar o Pantera Onca

El Jaguar o Pantera Onca es el felino más grande de América. Puede llegar a medir 1, 70 metros de longitud y tienen un promedio de peso de 100 kilogramos. Su piel puede ser de dos colores: el típico amarillo rojizo con pequeñas roscas negras con un punto negro en medio de diferentes formas y tamaños por todo el cuerpo y el otro no muy común pardo obscuro muy similar al negro.

Su alimento constituye de animales grandes, medianos y chicos como ganado vacuno (formado por vacas y toros), venados y tapires. Son muy activos en las noches pero no es raro verlos en el día. Cazan en el amanecer y el atardecer.

Las hembras tienen de 1 a 4 crías después de tener 100 días de gestación o de tener a las crías en el vientre. Los jaguares normalmente viven 20 años.

Se encuentran en peligro por la caza excesiva y por la deforestación de su hábitat.

jaguar


Jaguar (animal)
Publicado el 09-04-2004 . Palabras clave:



Jaguar

El jaguar (Pantera onca) es un felino grande nativo de Sud y Centroamérica. Se encuentra emparentado con el León, el tigre y el leopardo del viejo mundo y es el mayor de los felinos de las Américas.

Varían entre 1,1 a cerca de 1,9 m de longitud, miden aproximadamente 70 cm de altura en los hombros y pesan entre 57 y 113 kilos. El jaguar posee una de las estructuras mandibulares más poderosas entre los felinos.

Aunque los jaguares se asemejan mucho en apariencia a los leopardos y se encuentran emparentados con ellos, su rol ecológico y comportamiento son más acordes a los del tigre.

Su hábitat varía desde la selva tropical de Sud y Centroamérica al campo abierto, pero son muy rara vez vistos en zonas montañosas. Conocidos por su habilidad para nadar y trepar, generalmente prefieren vivir cerca de ríos, pantanos y en bosques frondosos con vegetación espesa para asechar a sus presas.

Los jaguares son cazadores solitarios y no se relacionan con otros de su especie más allá de la época de apareamiento y generalmente cazan presas grandes: sus poderosas mandíbulas los prepara para cazar venados y pecaríes, pero son grandes oportunistas y pueden atrapar cualquier animal desde ranas y ratones a aves, peces y animales domésticos.

El fondo de su piel es a menudo de un color amarillo-anaranjado, con numerosos anillos o rosetas a los costados y manchas sobre la cabeza y el cuello. Es posible distinguir un jaguar de un leopardo por la presencia de puntos dentro de las rosetas. Una condición conocida como melanina puede causar que un jaguar se vea completamente negro (aunque las manchas permanecen visibles si se observa detenidamente). Estas son conocidas como panteras negras, pero no conforman una nueva especie.

Los machos jóvenes alcanzan la madurez sexual a alrededor de los tres años de edad, las hembras cerca de un año antes. Las hembras dan a luz a hasta cuatro cachorros luego de 90 a 110 días de gestación, pero no educan a más de dos para la adultez. Los jóvenes pueden ver a las dos semanas de vida. Permanecen con la madre por un tiempo largo, de hasta dos años, antes de buscar establecer un territorio propio, el cual puede medir entre 25 y 150 kilómetros cuadrados (dependiendo de la disponibilidad de presa adecuada). En captividad, los jaguares pueden vivir hasta 20 años.

La palabra "jaguar" proviene de un idioma nativo de Sudamérica. La palabra original, yaguara, significa "la bestia que puedematar a su presa en un solo ataque".


Véase también


LOS FELINOS


El jaguar vive en todo el continente desde EE.UU. hasta la Argentina. Suele cazar al amanecer y al anochecer y come tapires, ciervos, monos, perezosos y pequeños roedores.
El hecho de ser el único pariente próximo de leones, tigres y leopardos, que vive en todo el continente, es sin duda, una ventaja importante para el jaguar.
Gracias a su fuerza y potencia, así como la falta de competidores ha podido conquistar territorios.
Es mayor que el leopardo, y su longitud puede variar entre 120 y 180 cm y la de la cola entre los 60 y 140 cm.
La cabeza es maciza y redonda, el hocico corto, las orejas pequeñas y redondas, el cuello es robusto, pero corto y poco marcado, y el cuerpo musculoso.
El color de base del pelaje es rojizo, amarillento o canela. Una de las características del pelaje es que está constituído por manchas oscuras, debido a eso se puede confundir con otros felinos. En cambio las hembras tienen un pelaje mas claro y con menos manchas.
Existen también los jaguares albinos (menos comunes), y se encuentran en el macizo de Guyana.
El jaguar es un animal territorial, se mueve por lo general entre los 5 y 25 Km en las zonas más ricas, hasta superficies muy superiores en las áreas desérticas.
Después 100 o 110 días de gestación, nacen de dos a cuatro crías, que permanecen con la madre hasta que cumplen los dos años de edad.
Vive tanto en las selvas tropicales húmedas, en los bosques, como en las sabanas y en las praderas abiertas en las que la altura de la hierva, le permite esconderse. Aunque prefiere las zonas en las que abunda el agua, se le puede encontrar en las zonas semi desérticas y rocosas. No se lo ve más allá de los 1000 metros de altitud.
Trepa sin inconvenientes a los árboles, y nada con la misma facilidad, lo cual le permite vivir en zonas que tienen con frecuencia inundaciones.
En el continente hay diversos tipos de jaguares: el jaguar de Arizona, el de Yucatán, el de Panamá, el del Amazonas, el de Paraná

El yaguareté
Avanza sin ruido, esquivando cada rama como si la conociera desde hace años. Tan rápido, que su tránsito por el sotobosque se confunde con miles de destellos de luz y sombra que las copas, mecidas por el viento, proyectan sobre el suelo. Sin embargo, no corre, no tiene por qué. Sólo lo hace al cazar, en brevísimos y contundentes trechos. Casi nunca para huir.

Es un yaguareté, el más respetado de los animales salvajes donde quiera que le toque vivir. Originalmente se extendía desde el suroeste de los Estados Unidos hasta las orillas del río Negro, en la Argentina. En la actualidad, solo se pueden encontrarlos, dentro de Argentina, en la mitad boreal de Misiones, norte y este de Salta, este de Jujuy, noreste de Santiago del Estero, noroeste del Chaco y de Formosa. Le gusta frecuentar una gran variedad de ambientes: bosques tupidos, tacarales, picadas, caminos y, en especial, sitios cercanos al agua.
Vulgarmente se lo conoce como yaguar, yaguareté (guaraní), uturuncu (quechua), nawell (mapuche o araucano), tigre, tigre americano, overo (Salta) y su nombre científico es Felis onca, también conocido como Leo onca o Panthera onca.

Este animal posee una cabeza muy ancha y grande, con orejas pequeñas y redondas. El cráneo es corto y redondeado con anchos arcos zigomáticos. Posee ojos con pupilas que se contraen verticalmente. Su cuerpo es musculoso y compacto, cuello grueso y cola larga y fina. Patas cortas y fuertes, con cinco dedos las delanteras y cuatro las traseras que finalizan en uñas curvas y retráctiles. Su pelo es corto, espeso y suave en la cabeza, dorso y patas. Más largo en la garganta, la parte inferior del cuello, el pecho y el vientre.

La piel tiene un fondo amarillo rojizo, excepto en el interior de las orejas, en la parte inferior del hocico, las mandíbulas, la garganta y demás partes bajas del cuerpo, zonas en que es más pálida; en la parte interior de las patas predomina el blanco. Tiene manchas negras, redondas, alargadas o rayas irregulares que se bifurcan en la cruz y vuelven a juntarse en el lomo, formando en los flancos líneas más o menos paralelas; más pequeñas en la cabeza, cuello y las patas que en el resto del cuerpo. La cola tiene anillos en su tercio posterior. La forma y la distribución de las manchas son distintas en casi todos los ejemplares. Las hembras tienen coloración más pálida. Se pueden encontrar también algunos ejemplares melánicos, con pelaje negro sobre el que se observan, a contraluz, manchas aún más negras. Existen ejemplares albinos pero son muy raros. El tigre puede medir de la cabeza a la cola 270 cm y pesar 135 kilos.

Alimentación
Con su fuerte dentadura y sus garras retráctiles, el yaguareté emplea distintas técnicas para alimentarse. Una de ellas consiste en aproximarse sigilosamente a su presa. Cuando llega a una distancia que considera conveniente se lanza en una corta embestida sobre su víctima, apresándola con sus garras delanteras.

En otras ocasiones se coloca al acecho en un lugar privilegiado, esperando que aparezca algún animal, para caer sobre él con rápidos y certeros movimientos.

Si la presa es pequeña, basta con un zarpazo; si es grande, varía su técnica. En este caso suele saltar sobre la región escapular de la víctima y derribarla con su peso; entonces le muerde el pescuezo para provocar la fractura de las vértebras cervicales. En otros casos, le quiebra el cuello con un fuerte tirón hacia atrás. Cuando falla en su intento generalmente no vuelve a insistir y abandona esa pieza.

Imagínese por un momento que usted es un tigre, tiene hambre, y en su territorio hay para elegir: corzuelas que corren como el demonio, pacas que desaparecen fugazmente en el agua, tapires con dientes como puñales y la fuerza de un toro; y -por otro lado- ovejas, chanchos y cabras, dispuestas prolijamente en corrales, a veces atadas, como en los estantes de la puerta de la heladera. ¿Hace falta explicar más? Los tigres jóvenes, inexpertos, así como los viejos, ya cansados y desgastados se anotan en el menú doméstico.

El yaguareté y el hombre
En 1997, se inició un proyecto con el objeto de encontrar soluciones a los problemas comunes de la gente y el tigre, para favorecer su convivencia. La idea consiste en que los colonos encierren a sus animales por las noches utilizando cercas eléctricas especialmente diseñadas. Ya que si el animal se ceba con los animales de un corral. No hay alambre eléctrico que lo detenga, pero si de entrada el corral está electrificado, entonces sí que se pone prudente y difícilmente llegue a cebarse.

La Comisión Tigre, un grupo multidisciplinario convocado por las autoridades del gobierno de Misiones, estudia modalidades de resarcimiento por daños probadamente provocados por el yaguar, y reglas de decisión para intervenir ante casos peligrosos, por ejemplo, removiendo animales a sitios apartados o colecciones zoológicas con fines de conservación.

Si bien el tigre carga con todas las culpas y se lo considera un peligro para el hombre, aún en nuestros días, los casos ciertos de ataques a humanos no son muy numerosos, ni justifican del todo su mítica fama. No existen casos certificados de animales "cebados", especializados en la captura de hombres. Se dice que durante la guerra del Paraguay algunos yaguaretés, se acostumbraron a la carne humana accediendo a los cadáveres de los combatientes, y que luego -cebados- volvían por más... Nadie sabe cuánto hay de cierto en aquello.

Conocemos en Misiones, el caso de Celso Franz que la vida lo enfrentó con un yaguar. En agosto de 1993 era de noche, cuando se disponía a llevar a su vecino una radio a pilas: se la entregaría como parte de pago de una bicicleta. Abandonó la chacra de Liebrens, en la afuera de la colonia Andresito y se encaminó por la picada del monte. En la primera curva, linterna en una mano y radio en la otra, lo sobresaltó una silueta que lo alcanzó por detrás. El tigre apenas le dio tiempo a arrojar la radio y ponerse en guardia para recibirlo de pie. Celso es alto y de huesos pesados, basta darle la mano para verificarlo. Forcejearon. El tigre apretó en sus fauces su mano derecha, y no se la soltó por un rato, mordiéndola una y otra vez, hasta que ambos se sentaron en plena lucha. Logró patearlo tan fuerte que conmovió al viejo macho que lo soltó y se retiro. El tigre fue capturado y llevado a un zoológico para su rehabilitación. Era un animal avanzado en edad, con un ojo ausente y la falta de varios dientes que seguramente le impedían cazar piezas salvajes. Casos como los famosos tigres cebados de la India y Bangla Desh y los leopardos de algunas regiones de Africa, no son aquí conocidos para nuestro gran gato manchado.

Su distribución en Argentina
La declinación del yaguareté fue rapidísima. A mediados del siglo XIX vivía en proximidades de las lagunas bonaerenses y aún se dejaba ver a orillas del río Colorado y contaba incluso con el Delta del Paraná como refugio seguro. Su continuo éxodo hacia el norte puede imputársele a múltiples factores. Fundamentalmente a la alteración de los ambientes naturales y a la persecución de que es objeto desde tiempos virreinales debido al valor de su piel y a su fama de animal peligroso para el hombre y el ganado. En cuanto a las provincias que aún poseen poblaciones de este felino, el panorama es el siguiente:

Jujuy: Presente en el Parque Nacional Calilegua y en el extremo oriental de la provincia tanto en formaciones selváticas como de tipo chaqueño. Recientemente en octubre de 1990 un ejemplar fue cazado furtivamente en el Paraje Escaleras.
Salta: Presente en el Parque Nacional Baritú y probablemente en la reserva provincial Acambuco en la Sierra de Tartagal. También en el "Impenetrable" salteño. En el parque nacional Finca El Rey parecería haberse extinguido, pero hay pruebas de su presencia allí hasta bien entrado el siglo XX.
Santiago del Estero: Seguramente presente en la reserva provincial Copo, pero sería importante contar con registros actualizados. Su situación en la provincia sería muy precaria y próxima a la total extinción.
Formosa: Sus poblaciones estarían muy disminuidas aunque subsisten algunos ejemplares en el centro y oeste de la provincia, sin reservas que lo amparen. Estaría extinguido en el Parque Nacional Pilcomayo aunque algunos baqueanos han visto rastros que delatarían que algún ejemplar aún se halla de paso en el área en forma esporádica.
Misiones: Su presencia no deja de sorprendernos en un área tan poblada y transformada. Se hace presente en el Parque Nacional Iguazú y los provinciales Yacuy, Uruguaí, Esperanza y Moconá. Las medidas que se están tomando van provocando lentamente un cambio en la conciencia colectiva, siendo ahora habituales las denuncias a las autoridades de animales cebados para su captura viva y relocalización, como ocurrió en Andresito, en lugar de su inmediata persecución y muerte.

Les tocará vivir tiempos difíciles a los tigres. Pero no imposibles… Después de todo este planeta nos pertenece a todos.

1 comentario:

matemono dijo...

¿No te ofendés si te doy un consejo?

Extinción se escribe con "c", no con "s".